Si el funcionamiento de un gen se ve afectado por un cambio químico, el cerebro no maneja el estrés.
Investigadores estadounidenses hallaron un indicador genético de la vulnerabilidad del cerebro a los efectos del estrés y la ansiedad. Por ello, creen que un simple análisis de sangre podría algún día determinar la propensión al suicidio de una persona.
El trabajo es de científicos de la universidad Johns Hopkins quienes han estudiado la forma en que algunas sustancias químicas, los metilos, actúan sobre un gen (SKA2), que tiene un papel determinante porque suprime los efectos de las hormonas producidas por el estrés.
Según los investigadores, si el funcionamiento de este gen se ve afectado por un cambio químico, el cerebro es incapaz de manejar los efectos de las hormonas secretadas por el estrés y la ansiedad, lo que podría llevar a una persona al suicidio.
Los científicos, cuyo trabajo fue publicado el miércoles en la revista American Journal of Psychiatry, estudiaron muestras de 150 cerebros, entre ellos los de personas mentalmente sanas y de otras que sufrían enfermedades mentales, algunas de las cuales se habían suicidado.
Constataron que aquellos que se habían suicidado habían tenido niveles muy altos de sustancias químicas que alteran el gen SKA2, impidiéndoles disminuir o eliminar los efectos de las hormonas producidas por el estrés.
A continuación realizaron análisis de sangre a más de 325 participantes en su estudio para ver si era posible identificar los cerebros que presentaban el riesgo más alto de suicidio utilizando el mismo biomarcador.
Los resultados arrojaron que se podía determinar con una exactitud de entre 80 y 90% si una persona había tenido pensamientos suicidas o había intentado quitarse la vida únicamente examinando el gen SKA2, si se tomaba además en cuenta la edad, el sexo y los niveles de estrés y ansiedad.
Este tipo de análisis de sangre no estará disponible antes de por lo menos cinco años y podría tardarse hasta 10, dijo no obstante el doctor Zachary Kaminsky, profesor adjunto de la universidad Johns y autor principal de esta investigación, citado por la cadena CNN.