Un niño francés de 6 años nacido sin la mano derecha se convirtió en la primera persona de ese país que utilizará una prótesis realizada con una impresora tres dimensiones (3D) de un costo de solo unas decenas de euros.
Maxence va a recibir la mano ortopédica fabricada en el taller parisino del empresario informático Thierry Oquidam con un tipo de plástico similar al utilizado en los juguetes Lego, sin que les cueste nada a sus padres, que para conseguirla han pasado por una red filantrópica de origen estadounidense, Enabling the Future.
“En realidad no es en absoluto una prótesis médica, puesto que no tiene nada de las tecnologías de las últimas prótesis eléctricas” sino “una prótesis únicamente mecánica, que funciona con la parte móvil del brazo al que está ensamblada gracias a un velcro”, explicó Virginie Contegal, la madre de Maxence, en declaraciones a la emisora France Info.
Esos movimientos permitirán abrir y cerrar la mano artificial, cuyos colores han sido elegidos por el propio niño, que vive en Cessieu, y quien, al ser preguntado por BFM TV sobre qué espera hacer con ella, contestó –un poco intimidado–: “Voy a jugar”.
Maxence no podrá llevar a cabo movimientos complejos, como los imprescindibles para atarse los cordones de los zapatos, pero sí abrir y cerrar los dedos.
Oquidam, por su parte, contó que ya ha fabricado cuatro manos para otras tantas personas en Inglaterra y Bélgica, y que tres de ellas eran niñas.
La impresora 3D (una Prusa 13) la compró el verano pasado por unos 500 euros y la realización de una prótesis de este tipo cuesta entre 50 y 200 euros.