A los colombianos les está costando cada día más trabajo cumplir con sus obligaciones financieras. El valor de sus deudas en mora con la banca sumó 13,2 billones de pesos al cierre de agosto, pero lo que preocupa a algunos analistas es que ese saldo crece a un ritmo más rápido que el de la colocación de nuevos créditos, en medio de un debilitamiento de la economía.
En agosto pasado, los créditos vencidos crecieron siete veces más (7,6 % anual) que los préstamos nuevos (0,74 %), según reporte de la Superintendencia Financiera, que destacó, sin embargo, que en ese mes hubo una reducción frente a julio, cuando la dinámica de la cartera mala llegó a 9,4 por ciento (Vea: ¿Que hacer cuando no se pueden pagar las deudas?).
Las alertas de los analistas están encendidas debido a que la mayor parte de este año los préstamos vencidos del sistema financiero han crecido más rápido que la cartera total, que en agosto pasado fue casi nulo, algo que no se veía desde el año 2000, cuando el país atravesaba por una de las peores crisis económicas y financieras de su historia.
Pese a este comportamiento, los indicadores de calidad de la cartera de la banca colombiana lucen positivos. Solo tres de cada 100 pesos que las entidades tienen colocados en el mercado están vencidos, mientras que, en promedio, cada banco tiene guardados cerca de 143 pesos por cada 100 que están en mora, como medida de protección en caso de que esos recursos no puedan ser recuperados.
(También: En las regiones, la gente acude más al microcrédito)
“Es una situación normal cuando la coyuntura económica es difícil, pero lo positivo es que indicadores como el de las provisiones y de cubrimiento de la cartera están positivos y allí no ha habido mayores sobresaltos”, dice Gerardo Hernández, superintendente Financiero.
Sergio Clavijo, presidente del Centro de Estudios Económicos, Anif, es uno de los que advierte por los niveles de endeudamiento a los que se está llegando en el país en medio de una coyuntura difícil y que puede desmejorarse el año entrante, lo que impedirá, en su opinión, que la economía crezca más allá del 2,8 por ciento.
El economista advirtió por el acelerado endeudamiento que traen las empresas, el cual dijo que pasó de representar 60 por ciento del PIB en 2008 al 100 por ciento este año, mientras que el de los hogares, en el mismo periodo, saltó del 26 al 32 por ciento del PIB.
“El nivel de sobreendeudamiento corporativo es preocupante, más en una coyuntura como la actual y con un escenario difícil en el 2017”, dijo Clavijo.
Hasta agosto los créditos vencidos de las empresas crecían a un ritmo del 5 por ciento, mientras la colocación de nuevos préstamos mostró una tasa negativa de 1,55 por ciento.
Para Hernández, este crecimiento se ha hecho de manera organizada, razón por la cual esto no es motivo de preocupación.
“Sí hay un crecimiento muy importante de la deuda corporativa, pero no puede desconocerse que el nivel de endeudamiento de los hogares también crece al punto que estamos llegando a niveles del 1998 con una participación distinta de la cartera hipotecaria y de consumo”, advierte Diego Prieto, presidente del BCS.
Agrega que hoy el endeudamiento importante de los hogares está en consumo y esa situación en medio de una condición inflacionaria y un periodo de desaceleración de la economía, puede llegar a afectar los indicadores de calidad de la cartera.
El más reciente informe de Estabilidad Financiera del Banco de la República, indica que cerca del 68 por ciento de las deudas de los hogares son de consumo y solo un 32 por ciento corresponden a vivienda.
Lo que menos se paga
Lo que muestran las cifras de la Superfinanciera es que el deterioro de los créditos de consumo marca un ritmo de 9,8 por ciento, el más alto entre las modalidades de préstamos del sistema. Le sigue el de los microcréditos, donde la situación tiende a ser más preocupante en la medida que, de un crecimiento negativo de 2,9 por ciento en la cartera vencida en agosto del 2015, se pasó a una tasa de 9,5 por ciento real anual este año.
Para Santiago Perdomo, presidente de Multibanca Colpatria, “es preocupante que la cartera vencida suba, pero cuando esto sucede las entidades toman correctivos y estrechan, por un lado, el otorgamiento de nuevos créditos y comienzan a hacer actividades de cobranza mucho más activas para la recuperación de los préstamos atrasados”.
“También hemos visto –dice– que los crecimientos de la cartera son menores, pero eso es normal en coyunturas como las actuales, donde es probable que los indicadores de calidad de la cartera comiencen a deteriorarse, por lo que las entidades tomarán las medidas que frenen esas tendencias”.
Aunque algunos de los analistas consultados creen que el freno que se está dando en la colocación de nuevos préstamos puede ser una señal de que las entidades buscan anticiparse a un mayor deterioro de la cartera, consideran que es bueno que se atiendan otras señales que envían las cifras del sistema.
Por ejemplo, advierten que la cartera irrecuperable de la banca (E), es decir, aquella que tiene un nivel de atraso en los pagos de más de un año o 18 meses, para algunas modalidades de crédito, crecía a una tasa real del 22,2 por ciento hasta agosto, mientras que la clasificada como de riesgo apreciable o ‘C’, lo hacía a un ritmo del 34,1 anual real para ese mismo mes.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Redacción Economía y Negocios