“Terminé el tratamiento hace un mes, hasta el momento no he vuelto a tener infección, pero de todos modos mis glúteos quedaron desfigurados con cicatrización queloide, algunas partes negras y moradas, aunque presento mucha rasquiña y corrientazos”, narró Diana Ariza en diálogo con LA NACIÓN.
Pero en enero, Diana tiene cita nuevamente con el infectólogo que la está tratando. En medio de su tímida ‘mejoría’, espera no volver a sufrir la pesadilla de ver sus nalgas con pus, ya que cada vez que termina el tratamiento pasa un mes y la bacteria vuelve a reactivarse, según dice.
La firma Bahamón y González, médicos abogados que lleva el caso de Ariza, señaló que está a la espera de que Medicina Legal, haga la valoración y que responda unas preguntas relacionadas en el tema de salud y también de la parte administrativa que rige a los mismos prestadores de servicios en salud.