Disminución de la función cognitiva, aumento del riesgo de sufrir de enfermedades cardiovasculares y una mala calidad de sueño son algunos de los efectos de la soledad.
“Somos criaturas sociales. Entre nosotros formamos alianzas complejas, aficiones, apegos, amores y odios, y si esas conexiones se rompen, un individuo corre el riesgo de tener impactos en la salud”, escribió el médico Christopher Bullock, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, en la revista Harvard Health Publishing.
Bullock fue miembro fundador de la facultad de Psiquiatría de Harvard y da conferencias sobre educación psiquiátrica, y recientemente –según cuenta en su artículo– se dio a la tarea de recopilar y ordenar varios estudios sobre soledad, que identifican los efectos reales de la soledad sobre el público. “también es una cuestión de salud pública, tanto así que a principios de este año en Gran Bretaña los problemas de soledad y aislamiento social se agregaron a una cartera ministerial”, escribe. Se refiere a la creación del primer Ministerio de la Soledad, en enero de este año, después de que las autoridades de salud británicas contabilizaran a 9 millones de personas (el 13.7% de la población total) que vivía en soledad.
Una encuestra mostró que cientos de miles de británicos no habían hablado con un amigo o pariente en un mes, “eso es mucho silencio en su vida”, escribe Bullock. Pero, ¿cómo la soledad afecta la salud humana? Estos fueron sus hallazgos que recopiló el psiquiatra:
Los riesgos para la salud causados por estar solos
-Aumenta el riesgo de sufrir de enfermedades cardiovasculares
-Disminución de la función cognitiva y ejecutiva (hay evidencia inicial de una mayor carga de amiloide en los cerebros de los solitarios)
-Hasta un 26% de aumento en el riesgo de muerte prematura por todas las causas
-Disminución en la calidad del sueño
-Aumento de la inflamación crónica y disminución del control inflamatorio (relacionado con el riesgo de deterioro cognitivo y demencia)
-Disminución de la función inmune que conduce a la vulnerabilidad a muchos tipos de enfermedades
-Aumento de los síntomas depresivos
-Aumento del temor de las situaciones sociales (a veces resulta en paranoia)
-Aumento de la severidad de los accidentes cerebrovasculares (con pocas posibilidades de sobrevivir) y, como era de esperar, una disminución general en la sensación subjetiva de bienestar.
En 1988, escribe Bullock, umúltiples estudios documentaban que el aislamiento social era un factor de riesgo importante para la mortalidad, la enfermedad y las lesiones, y de hecho era un factor de riesgo tan significativo como fumar, la obesidad o la presión arterial alta. “Los efectos y la prevalencia del aislamiento social se han confirmado muchas veces, así como en el trabajo de grupos de defensa contra el fenómeno, como la Asociación Americana de Personas Retirdadas (AARP-American Association of Retired Persons). En un estudio de 2010, la AARP descubrió que en los EE. UU., el 35% de los adultos mayores de 45 años estaban solos y el aislamiento empeoraba con los años: el 56% de los solitarios tenía menos amigos en el momento de la encuesta que cinco años antes. Un estudio en 2012 encontró un mayor porcentaje de personas solitarias: 40%. La encuesta de AARP encontró (al igual que otros estudios) que la soledad estaba relacionada con la mala salud”, escribe Bollock.
Los efectos de la soledad en el cerebro
-Las áreas del cerebro que perciben el dolor se activan
-La densidad de la materia gris decrece en las áreas del cerebro relacionadas con la percepción
-Las áreas del cerebro que tienen que ver con “mentalizar” (esto es, imaginar a los otros) se alentizan.
El eje HPA -el sistema de retroalimentación a través del hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales- se ve afectado principalmente a través de la desregulación de las hormonas del estrés, y esto se asocia con muchos resultados negativos para la salud; la función de la oxitocina (la “hormona social”) aparentemente está disminuida y la alopregnanolona, un importante neuroesteroide positivo para la salud en el cerebro, también se reduce.
Pero Bollock propone algunas estrategias para ayudar, y escribe: “Sigmund Freud, en un capítulo sobre la ansiedad en sus Lecciones introductorias sobre psicoanálisis, relata una historia encantadora sobre un niño que tenía miedo a la oscuridad, excepto cuando su tía hablaba con él. El niño dijo: “Cuando alguien habla, algo se enciende”. Entonces, las personas son calmantes para la ansiedad. Y las personas son antidepresivos, así como también reductores de la presión arterial (principalmente). La gente, en general, es buena para usted.
La AARP descubrió que tener incluso una relación de apoyo disminuyó la soledad que percibían los pacientes (y en consecuencia, los impactos en la salud) en un 76%.
Fuente: elespectador.com