El Registro Individual de Prestación de Servicios de Salud (RIPS) del Ministerio de Salud y Protección Social da cuenta de un incremento de 30,5 por ciento, entre 2010 y 2012, en la proporción de personas atendidas con diagnósticos de trastornos mentales y del comportamiento, cifra significativa en relación con años anteriores cuando se reportaron aumentos del 5,1 por ciento.
Este incremento obedece, entre otros aspectos, a las disposiciones contenidas en la Ley 1438 de 2011 y a la inclusión plena de estos servicios en el Plan Obligatorio de Salud, a través del Acuerdo 029 de 2011 de la extinta Comisión de Regulación en Salud (CRES), decisiones que pueden haber operado como factores inductores de la demanda y de reducción de barreras de acceso a los servicios de salud mental.
No obstante estos avances, distintas investigaciones demuestran que un gran número de personas con trastornos y problemas mentales, así como sus familias, no acceden a los servicios de salud debido al estigma público y al auto-estigma.
El estigma está íntimamente asociado con la desinformación sobre la forma de identificar los problemas y trastornos mentales de manera oportuna, su tratamiento y pronóstico, así como su manejo en la familia y la comunidad. Esta dificultad se presenta no solo en quienes rodean a las personas que presentan estos problemas, sino entre los médicos generales, quienes en su mayoría requieren de entrenamiento adicional para lograr una identificación, abordaje y canalización oportuna de los casos.
En respuesta a esta situación, y como parte de su estrategia para la gestión del riesgo en salud mental, el Ministerio de Salud y Protección Social, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), está implementando la Guía de Intervención mhGAP (del Programa de Acción Mundial para Superar las Brechas en el Acceso a los Servicios de Salud Mental), la cual proporciona una amplia gama de recomendaciones para facilitar la atención de alta calidad que brindan los profesionales de salud no especializados en los establecimientos del primer nivel de atención.
Es así como durante los últimos meses han sido capacitados 40 formadores y 120 profesionales de equipos básicos de salud (entre médicos, enfermeras, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería) en Quindío, Arauca, Cauca, Amazonas y Bogotá. El propósito del Ministerio es ampliar la instrucción a 600 multiplicadores y 6.000 profesionales de equipos básicos de salud de 30 entidades territoriales más, para llegar así a dar total cobertura nacional con el propósito de mejorar las condiciones de acceso de la población a los servicios de salud mental desde la baja complejidad.
La salud mental en Colombia
El primer Estudio Nacional de Salud Mental de Colombia, realizado en 2003, muestra que el 40,1 por ciento (2 de cada 5 personas) de la población colombiana presenta alguna vez en su vida algún trastorno mental.
Según este estudio, alrededor de 8 de cada 20 colombianos encuestados presentaron trastornos psiquiátricos alguna vez en la vida. Los más frecuentemente identificados fueron los trastornos de ansiedad (19,3 por ciento), seguidos por los trastornos del estado de ánimo (15 por ciento) y los trastornos de uso de sustancias psicoactivas (10,6 por ciento).
De acuerdo con los datos del informe de carga de enfermedad en Colombia 2005, los problemas neurosiquiátricos, como la depresión mayor unipolar, los trastornos bipolares, la esquizofrenia y la epilepsia, son responsables del 21 por ciento de la carga global de años de vida saludable perdidos por cada mil personas. Las personas con trastornos mentales que no reciben una atención adecuada, presentan recaídas y deterioros que llevan a urgencias y rehospitalizaciones con altos costos para el sistema sanitario en camas hospitalarias, medicamentos y servicios de salud en general.
Para actualizar la información, el Ministerio avanza en el nuevo Estudio Nacional de Salud Mental cuya prueba piloto se estará desarrollando durante los últimos meses del presente año.