Esta sustancia protege frente a la oxidación e impide la liberación inmediata de los medicamentos, según un estudio.
Investigadores de la Technische Universität de Munich (TUM), en Alemania, han llevado a cabo un estudio con ositos de gominola sometidos a ‘fuego antimateria’ para conocer el nivel de porosidad de la gelatina, utilizada por la industria farmacéutica para el encapsulado de muchos medicamentos. No obstante, y debido a la gran solubilidad de esta sustancia, el fármaco no queda protegido de la humedad ni del agua. Por eso, conocer la porosidad de la gelatina podría mejorar la eficacia de los medicamentos encapsulados, sobre todo si su objetivo es que el compuesto farmacológico se libere gradualmente. El trabajo se publica en Journal of Physical Chemistry.
Para determinar el tamaño y la distribución de los poros, los científicos utilizaron una espectroscopía por aniquilación de positrones (PAS), método basado en las reacciones de los fotones gamma producidos por el choque de positrones y electrones, y que permitió cuantificar el tamaño de los huecos libres de las preparaciones de gelatina.
“Usando los positrones como sondas, hemos podido determinar el volumen de los nanoporos en sistemas desordenados como la gelatina”, ha explicado Hugenschmidt. Los positrones son las antipartículas correspondientes a los electrones y, a diferencia de estas últimas, tienen carga positiva.
Cuando un positrón se encuentra con un electrón, ambos forman dos fotones; poco después, las partículas se aniquilan emitiendo un destello de luz, proceso que se conoce como ‘positromiun’.
Los científicos mojaron en agua los ositos de goma de color rojo y analizaron la producción de fotones gamma en las distintas etapas de secado de la gominola. Sus mediciones mostraron que, cuando los ositos estaban secos, los positrones sobrevivían 1,2 nanosegundos, mientras que el promedio de duración en los ositos de goma empapados -y, por tanto, con más porosidad- era de 1,9 nanosegundos.